UNESCO premia a dos jóvenes biólogas camerunesas

Sabine Fanta y Daïrou Hadidjatou han recibido dos premios de la UNESCO destinados a jóvenes científicas; las biologas han sido premiadas por investigar plantas medicinales para el alzheimer y la salud cardíaca. Sus investigaciones buscan que la sabiduría ancestral de África entre también en el laboratorio.

UNESCO premia a dos jóvenes biólogas camerunesas

Mientras unos pasan el tiempo coreándose por saber quién es el más fuerte, o pretendiendo fastidiar al otros; los otros invierten su tiempo, su capacidad formativa para conseguir los beneficios universales.

Sabine Fanta y Daïrou Hadidjatou constituyen el mejor ejemplo del nuevo aporte africano en la ciencia universal, dos mujeres jóvenes revolucionan la ciencia desde un rincón africano.

Las dos estudiaron biología en Ngaounderé allí compartieron apuntes e inquietudes y forjaron una voluntad común, la de “dignificar los remedios naturales africanos, aportando una mirada empírica a supuestas propiedades de frutos o raíces, vistiendo a la sabiduría ancestral con pulcras batas de laboratorio”, según publica el diario digital español, El País.

Después de graduarse, por casualidad, otra alineación del destino las volvió a unir, se encontraron de nuevo en el Instituto de Investigaciones Médicas y Estudios de Plantas Medicinales, en Yaundé; y ya finales del pasado 2023 resultaron ganadoras de un galardón que conceden la UNESCO y la Fundación L´Oréal a jóvenes científicas de todo el mundo.

Ahora bien, los proyectos que han valido de sus respectivos premios, tienen un claro denominador común: estudian las potenciales y beneficios para la salud de los productos agrícolas ampliamente consumidos no solo en Camerún, sino en todos los países del África subsahariana.

El proyecto de Hadidjatou se centra en los efectos positivos de la garcinia kola, (abehe, un fruto seco y amargo, muy consumido por los hombres), para prevenir o tratar enfermedades cardiovasculares. “Parece que impide la acumulación de grasa en las arterias, favoreciendo así la circulación normal de la sangre”, subraya Hadidjatou.

Miantras que, por su parte, Fanta investiga hasta qué punto la horchata ayuda a evitar la pérdida de memoria. “Si entendemos mejor cómo ralentizar los procesos de estrés oxidativo y neuroinflamación que provocan la muerte de neuronas, podría servir de excelente complemento alimenticio para pacientes con enfermedades como el alzhéimer”, según la joven bióloga.

Hadidjatou ha comprobado de primera mano los estereotipos de género que siguen ahuyentando a las mujeres camerunesas de las carreras científicas. “En secundaria éramos un grupo de seis amigas. Yo fui la única que pudo continuar con estudios científicos”, afirma. Por suerte, ella gozó del aliento de su familia, que siempre le dio amplios márgenes de libertad para decidir su senda vital. “Al decantarme por biología, mi padre me dijo que mi elección sería la suya. Solo añadió un consejo: que trabajara duro porque la buena ciencia requiere de mucho esfuerzo”.

Fanta relata que la inmensa mayoría de cameruneses utilizan plantas medicinales para las curas, razón por la cual dirige sus investigaciones hacia las plantes y cortezas, porque “quería contribuir y demostrar que efectivamente contienen propiedades que les atribuye la tradición u otras que vayamos encontrando por el camino”.

“Se trata de aportar credibilidad al conocimiento que las distintas culturas han ido acumulando a lo largo de los siglos”, añade Hadidjatou. “Antes”, continúa, “avanzábamos en la oscuridad, descubriendo poco a poco efectos terapéuticos o tóxicos, sin saber mucho de dosis o formas de administración. La investigación científica arroja luz, permite ir más lejos”. Ambas fueron dotadas de 25 mil euros, 15.000 euros para Fanta) y 10.000 euros para Hadidjatou. Han reconocido que dichos premios han supuesto un acicate para que las dos puedan profundizar en la disección de la garcinia kola y la horchata. “Estamos adquiriendo nuevo material, aprendiendo otras técnicas, esto ha sido como un soplo de aire fresco”, destaca Fanta.

Por su parte, Hadidjatou valora un extra asociado al galardón, la mayor visibilidad como científica. “Mucha más gente nos conoce ahora, lo que nos abre extraordinariamente la posibilidad de colaboraciones. Y la ciencia va, en gran medida, de eso: compartir conocimiento y trabajar juntos”. En opinión de ambas biólogas, la colaboración es también la clave para conciliar dos ámbitos que algunos entienden como antagónicos.